INTRODUCCIÓN
Las reservas forrajeras, en particular los ensilajes son componentes esenciales de las dietas para rumiantes, especialmente en regiones donde la producción
de forraje fresco es desbalanceada estacionalmente.
La producción individual, además, habitualmente se ve limitada por el aporte del pastoreo.
Por ejemplo, cuando se trata de vacas lecheras de alto potencial, el animal no
es capaz de recoger suficiente energía consumiendo sólo pastura, aunque ésta sea de buena calidad. Para mantener un buen nivel de producción en las vacas, el nivel de inclusión del forraje pastoreado difícilmente supera el 30 % de la dieta (Bargo et al, 2002; Vibart et al., 2008; Pastorini et al., 2019).
Por ello, los ensilajes de alta calidad
son un componente estructural de la dieta. Debemos cambiar el paradigma:
el ensilaje deja de ser un “relleno” para épocas de déficit de materia seca y pasa a representar una fuente de nutrientes permanente y de alta calidad.
Por otra parte, no es menor el hecho
de que los ensilados de buena calidad permiten que la producción tenga
un asiento principal en alimentos producidos en el propio establecimiento, disminuyendo el uso de alimentos externos, oportunidad que permite un mejor control de costos y de la calidad de estos.
Si bien es muy abundante la información disponible sobre ensilajes elaborados con cultivos de verano como el maíz o el sorgo, no sucede lo mismo con los ensilajes de pasturas o cultivos de invierno, que tienen particularidades propias que es importante considerar.
Este artículo se va a enfocar en aspectos críticos relacionados con dichos ensilajes.
CALIDAD: PUNTOS CLAVE PARA ALCANZARLA
La calidad de cualquier ensilado depende básicamente de dos factores:
1Del valor nutritivo del forraje original, determinado por las especies predominantes en el cultivo, y sobre todo por el estado de maduración al momento del corte.
De la conservación, determinado por un proceso de fermentación controlado y unas condiciones de almacenamiento posteriores adecuadas.
Respecto al primer punto, debemos tener en cuenta que para lograr materiales de alta calidad, la pastura debe ser ensilada cuando se encuentra en un momento óptimo para su consumo en directo.
esperemos que el proceso de ensilaje mejore la calidad, el objetivo debe ser mantenerla.
Bajo el supuesto de contar con un forraje de alta calidad para ensilar, nos centraremos
en su conservación, describiendo el proceso y cómo debemos manejarlo para un óptimo resultado
EL PROCESO DE ENSILAJE
El ensilaje consiste en la conservación del forraje en forma húmeda por fermentación.
Esta se produce gracias a determinados microorganismos (lactobacilos) que se encuentran latentes en el forraje y producen ácidos orgánicos (principalmente láctico) a partir de los azúcares disponibles.
Estos ácidos son responsables de la disminución de pH, mecanismo por el cual se conserva el material.
El proceso básicamente es el mismo en silos tradicionales o silos con baja humedad (“henolajes”), silos de distintas estructuras (tipo torre, trinchera, bunker, torta o silos embolsados como “silobags”y/o “silopacks”).
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