Formar a futuros trabajadores y titulares de explotaciones ganaderas extensivas con la vista puesta en el relevo generacional y el mantenimiento de la actividad. Ese es el objetivo de la Escola de Pastors i Pastores de Catalunya (Escuela de Pastores y Pastoras de Cataluña), que trabaja principalmente en el Pirineo catalán. Su responsable, Laia Batalla, explicó en Lugo las múltiples actividades que desarrollan a lo largo del año para mantener una actividad ganadera que parecía abocada a la desaparición no hace muchos años.
Laia Batalla Carrera fue una de las ponentes en la segunda jornada de la Reunión de Otoño de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes. En una intervención que tuvo lugar en la Escuela Politécnica Superior de Lugo, dio cuenta de la labor que lleva 17 años desarrollando la Escola de Pastors i Pastores de Catalunya, de la que es responsable.
OBJETIVOS Y PRINCIPIOS
El objetivo central de la Escola de Pastors i Pastores de Catalunya es favorecer el relevo generacional en la ganadería extensiva. Intentan hacerlo desde una base familiar o colectiva y con una visión agroecológica que sea viable económica, social y ambientalmente.
Otro de los principios es el de no comprometer los recursos de cara al futuro y producir alimentos ecológicos, de calidad y que refuercen la soberanía alimentaria al tiempo que revitalizan las zonas rurales. Todos estos principios y fines conforman lo que ellos denominan “Explotaciones de talla humana”.
La Escuela está situada en el municipio de Rialb, comarca de Pallars Sobirá, en la parte pirenaica de la provincia de Lleida. En un pequeño enclave donde los 15 alumnos conviven con los 30 habitantes autóctonos.
Buscamos crear explotaciones de talla humana, que produzcan alimentos de calidad y revitalicen las zonas rurales
El proyecto comenzó en 2009 a iniciativa de los ganaderos de la comarca, que precisaban de relevo generacional y mano de obra. La asociación Rurbans fue la que puso en marcha el proyecto inicial, tomando como modelo las escuelas que ya existían en Iparralde (Francia), Euskadi y Asturias.
Desde el año 2015, Laia Batalla y María Díaz están al frente del proyecto tras tomar el relevo de la fundadora, Vanessa Freixa. El actual programa de formación consta de 11 semanas de teoría y cuatro meses de prácticas. Lo que hacen es intercalar teoría y práctica para que se puedan ir aplicando en las explotaciones los conocimientos adquiridos y reforzar los conceptos.
PLAN DE FORMACIÓN
Además de lo estrictamente relativo al manejo ganadero, los alumnos también reciben nociones sobre la agroecología o sobre algo tan importante como el acceso a la tierra. Los dos primeros meses del año los pasan trabajando y aprendiendo en explotaciones, que son, según Batalla, las mejores aulas posibles.
Por ejemplo, un ganadero tiene que saber usar una motosierra, hacer un desbroce o soldar una pieza de una máquina. Porque es algo que van a tener que hacer cuando trabajen o estén al frente de una explotación. Eso solo se aprende in situ”, dijo la responsable de la escuela.
El aspecto más importante en cualquier explotación ganadera es la alimentación del ganado. Es lo que supone un mayor consumo de recursos. La clave está en maximizar la producción en los terrenos disponibles reduciendo el gasto lo más que se pueda.
En esa línea, también se les imparte formación en silvopastoreo. En este caso trasladan las actividades desde el Pirineo hasta el sur de Cataluña. Porque los terrenos son más aptos para esa práctica y porque permite conocer la realidad de la ganadería en un clima y terrenos mediterráneos, muy diferentes de los de alta montaña. Aparte de la labor de prevención de incendios que supone el silvopastoreo y que es esencial para los ganaderos extensivos.
Ponemos especial énfasis en la alimentación del ganado, porque es la parte que más tiempo y recursos requiere
Obviamente, el manejo sanitario de los animales constituye otro bloque formativo. Aunque los veterinarios están para ayudar en esos aspectos, unas buenas prácticas y cuidados de los animales evitan tener que recurrir a los veterinarios, con el consiguiente ahorro que eso conlleva. Y aplicando los principios de la fitoterapia y la homeopatía.
Un aspecto diferenciador del programa formativo de la Escuela es la “estiva” (veraneo en la montaña). Se refiere a la práctica que se da en alta montaña de llevar los rebaños a pastar en las zonas más elevadas —aquellas que están nevadas o heladas en invierno— durante los meses más cálidos del año. Lo habitual en el Pirineo es que las cabañas suban agrupadas.
En los últimos años cobró importancia la figura del pastor de estiva. La reaparición del oso y del lobo en las comarcas pirenaicas llevó a que los rebaños no puedan dejarse solos y que sea precisa la presencia humana y canina para protegerlos y guiarlos. Y no solo para proteger, también para hacer un uso racional del pasto y una conservación de la biodiversidad.
Otra parte técnica de la formación es la de la conducción del rebaño mediante perros. Algo imprescindible por la orografía, el tamaño de las cabañas o la ausencia de caminos y vías claras. Los alumnos conocen las razas de perros más adecuadas y cómo trabajar con ellas.
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