LA ENDOMETRITIS EN LA VACA
La endometritis, es una infección uterina posparto en las vacas, que se produce a partir de los 21 días. La enfermedad puede ser endometritis clínica (CLE) caracterizada a menudo por contenido vaginal purulento o mucopurulento (Figura 1) o endometritis subclínica (SCLE) caracterizada por la presencia de ≥5% de células polimorfonucleares en la citología endometrial (Nyabinwa et al., 2020 ).
La endometritis clínica se caracteriza por un exudado purulento o mucopurulento en la vagina (Figura 2) diagnosticado tres semanas después del parto o más tarde. Mediante la palpación del útero y su contenido por el recto o mediante un examen de ultrasonido, se pueden encontrar cuernos uterinos asimétricos llenos de líquido con pared uterina engrosada.
A diferencia de la metritis aguda, las vacas con endometritis clínica no muestran signos sistémicos de enfermedad, como temperatura rectal elevada o embotamiento (Schlegl et al., 2020). El diagnóstico positivo debe basarse en la presencia de uno o más de los siguientes signos clínicos: 1) descargas uterinas anormales visibles en la vulva, o 2) por examen con vaginoscopio dentro de las 3 a 6 semanas posteriores al parto, 3) ciclos estrales irregulares y 4) fallas para quedar preñada en un período (Palmer, 2008)
Cuando hay una condición de endometritis, la detección de patógenos por parte del sistema inmune innato del útero induce una respuesta inflamatoria local con una mayor producción de citocinas, que son responsables del reclutamiento de células inmunes y la inducción de inmunidad adaptativa, las moléculas de adhesión. , como CD11a y CD18, son moléculas de la superficie celular con funciones esenciales en la adhesión de los leucocitos a las células endoteliales sanguíneas y la migración a los tejidos inflamados. (Hussen et al., 2020).
Las citocinas y quimiocinas son secretadas por el endometrio para regular la respuesta inflamatoria uterina a la infección . Los mecanismos de defensa inmunológica están deprimidos por el estado hormonal alrededor del parto y las vacas lecheras predispuestas al desarrollo de infecciones uterinas. La aparición de endometritis se ha asociado con un aumento de las concentraciones de progesterona. El cuello uterino está funcionalmente cerrado y la susceptibilidad a la infección persistente aumenta en respuesta a la progesterona (Mogheiseh et al ., 2020). La prevalencia puede llegar al 89,0% en algunos rebaños entre 21 y 90 postparto (Nyabinwa et al. , 2020). Puede variar ampliamente, desde un 3,6% observado en Uganda hasta un 89,0% observado en rebaños lecheros canadienses (Nyabinwa et al., 2020).
El diagnóstico de endometritis depende del examen físico, la ecografía, las biopsias endometriales, la citología y el cultivo uterino (Cuadro 1). Aunque la introducción de la ecografía transrectal supuso un gran avance en la evaluación de las afecciones uterinas, no siempre es fácil establecer un diagnóstico preciso de endometritis (Elshyma et al ., 2020).
Factores internos predeterminastes La endometritis posparto es una infección de la decidua o revestimiento del útero. Debido a que el miometrio, o capa muscular, también suele estar involucrado en la infección uterina posparto, el término “endomiometritis” se usa a menudo para describir la infección. Por lo general, es polimicrobiano e involucra bacterias facultativas y anaerobias; También se han encontrado micoplasmas genitales y organismos de transmisión sexual como C. trachomatis en muestras de biopsia endometrial con endometritis (Rouse et al., 2019).
Los patógenos asociados son Escherichia coli, Trueperella pyogenes, Fusobacterium necrophorum y Prevotella spp. y también, se ha demostrado que Streptococcus uberis está asociado (Schlegl et al., 2020). El pH uterino es una estrategia de defensa del animal, su aumento durante los primeros 5 días post parto, de 7,0 a 7,8 disminuye la patogenicidad de los gérmenes que se multiplican de manera óptima a un pH de 6,4.
Cuando los mecanismos inmunitarios fallan, principalmente en el período de transición (20 días pre parto) por inmunodepresión o inmunosupresión la contaminación bacteriana persiste durante un tiempo mayor siendo tanto cuantitativamente más importante como cualitativamente diferente (Luca et al ., 2012).
Los trastornos metabólicos, como el desplazamiento del abomaso, la hipocalcemia y la cetosis, aumentan el riesgo de endometritis (Dubuc et al ., 2010). De igual manera la alimentación deficiente provoca una pérdida de la condición corporal en las vacas lecheras durante el período periparto que está relacionada con varias infecciones uterinas posteriores al parto como lo es la endometritis.
Las citosinas y/o las hormonas neurales y endocrinas mediadas por citosinas son los principales factores asociados con una pérdida rápida e intensa de peso corporal (Mogheiseh et al ., 2020). Es importante mantener niveles adecuados de calcio. }El calcio es importante para una adecuada contracción uterina del músculo liso. Los niveles bajos de calcio en la sangre pueden contribuir a la retención de placenta que resulta en infección uterina. El bajo nivel del calcio también puede retrasar la involución uterina.
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