Los investigadores del ARS esperan obtener una mejor comprensión de la resistencia a una devastadora enfermedad aviar a través de la genética y la epigenética del huésped,
El pollo es la carne más consumida en el mundo. Sin embargo, esta popular elección alimenticia está directamente amenazada por la enfermedad de Marek, un adversario con una tasa de mortalidad que típicamente oscila entre el 10 % y el 50 % en pollos no vacunados, pero que puede alcanzar hasta el 90 % en algunas razas, según un comunicado del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Como el segundo mayor exportador de pollo, detrás de Brasil, la producción avícola en Estados Unidos es una gran industria. Según el Consejo Nacional del Pollo, en 2022 la industria avícola de EE. UU. generó más de 1.5 millones de empleos, cerca de 95 mil millones de dólares en salarios y 417 mil millones de dólares en actividad económica. Sin embargo, la enfermedad representa un golpe significativo para estas cifras: las pérdidas económicas globales estimadas por la enfermedad de Marek superan los 2 mil millones de dólares debido al decomiso de carne de pollo, la reducción en la producción de huevos y los costos de vacunación.
Actualmente, los productores avícolas dependen principalmente de las vacunas para proteger a sus aves, pero los investigadores del ARS están trabajando en una estrategia de control a largo plazo basada en una mejor comprensión de la resistencia a la enfermedad a través de la genética y la epigenética del huésped (es decir, cómo los comportamientos y el entorno pueden cambiar la forma en que funcionan los genes).
Según Huanmin Zhang, genetista animal de la unidad de investigación sobre enfermedades virales endémicas en aves del ARS en Athens, Georgia, “esa comprensión fundamental podría guiarnos para desarrollar vacunas más potentes y lograr un mejor control de la enfermedad”.
La enfermedad de Marek es una enfermedad viral altamente contagiosa que causa tumores en los pollos y es provocada por una variante del virus del herpes. Sus signos clínicos varían entre aves, pero comúnmente incluyen muerte prematura, parálisis de las patas, alas y/o cuello, pérdida de peso, disminución del apetito, visión reducida, pupilas irregulares y tumores en diversos tejidos. La enfermedad se transmite entre las poblaciones de aves tanto por contacto directo como indirecto. El contacto directo incluye aerosoles y secreciones entre aves, mientras que el contacto indirecto implica materiales contaminados, como el polvo y las plumas infectadas con folículos concentrados del virus de Marek.
La enfermedad no es contagiosa para las personas.
“El grupo de genómica está trabajando para identificar factores genéticos y epigenéticos que modulan la resistencia genética a la enfermedad de Marek y para avanzar en la comprensión fundamental de cómo estos factores interactúan con el proceso de infección viral y el proceso de vacunación”, explicó Zhang. “Comprender los mecanismos subyacentes ayudará a los investigadores a desarrollar estrategias más eficientes para establecer resistencia a la enfermedad en líneas de pollos mediante selección y crianza. También se podrían diseñar vacunas mucho más potentes para proteger todas las líneas de pollos, no solo algunas”.
Uno de los logros del proyecto fue el desarrollo de un pangenoma del pollo doméstico, en colaboración con investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Misuri. Un pangenoma es el conjunto completo de genes de todas las razas de pollos que descienden de un ancestro común. La información del pangenoma puede mostrar a los investigadores dónde las secuencias de ADN de diferentes razas son idénticas o diferentes.
“El pangenoma allana el camino para descubrir qué efectos tienen las variantes genéticas y facilita la crianza de pollos con resistencia a enfermedades”, explicó Zhang.
Alcanzar el objetivo de contener, controlar o mitigar la enfermedad de Marek depende del trabajo de la comunidad investigadora mundial y de los avances en biotecnología. Zhang destacó que los avances en la comprensión y el control de la enfermedad han sido mayores en las últimas dos décadas que en los 50 años anteriores.