Aunque el último año ha supuesto un cierto ali- vio en la difícil situación económica y de rentabili- dad del sector del vacuno de leche, este sector vive en una situación difícil que podríamos definir como casi permanente, tanto por los bajos precios percibidos por el ganadero como por el incremento del coste de las materias primas y, en los últimos años, de la energía.
Sin embargo, sigue siendo un sector en continua evolución y progreso, con una gran capacidad de resiliencia, un término de nuevo uso que, los que te- nemos ya algunos años, hablábamos de capaci- dad de afrontar circunstancias adversas, sobre- ponerse a ellas y salir fortalecido; como vemos, aho- rramos palabras con la nueva terminología. El obje- tivo de esta evolución y progreso es el de ser más eficiente y poder obtener más y mejores resultados con menos recursos.
Nuestra visita, este año, a dos importantes ferias ganaderas, FIGAN (Zaragoza, España) y SOMMET (Clermont-Ferrand, Francia), permite reafirmarnos en ello. En estas Ferias podemos comprobar como el sector ganadero, en general, y el de vacuno de leche, en particular, exhiben “músculo” y están en la vanguardia del uso de nuevas tecnologías para la mejor alimentación de los animales, el uso más eficiente de los recursos, la generación de energía, etc.
Y el ordeño, tarea esencial en una ganadería de producción de leche, no es en absoluto ajeno a esta situación. Podríamos decir, incluso, que el ordeño está en la vanguardia de este progreso tecnológico del que hablamos.
El coste y, sobre todo, la escasez de mano de obra, consecuencias del vaciamiento poblacional del medio rural, de la urbanización de la sociedad y del lógico deseo de vivir cada vez mejor y con menos esfuerzo, obliga a desarrollar herramientas, instalaciones y sistemas que puedan hacer lo que hasta ahora venían haciendo los ganaderos y/o operarios. Por otra parte, el tamaño cada vez mayor de las granjas no permite que la mano de obra (como decimos, cada vez menor) pueda llevar el control y observación del ganado de la misma manera que se hacía en las granjas familiares, de pequeño tamaño. Es preciso apoyarse en la tecnología para obtener información de lo que está sucediendo en la granja, en tiempo real, para así tomar decisiones rápidas y eficientes y minimizar y acortar las situaciones que conllevan una menor producción del ganado.
Las dos imágenes (Figura 1 y Figura 2, siguiente página) que mostramos están separadas por ape- nas 50 años, y son una buena muestra de lo que comentamos en esta Introducción.
Quizá la primera de las imágenes es la que añora algún responsable político, aún en funciones, cuando aboga por la promoción de la ganadería familiar.
Ordeño de precisión
En los eventos citados hemos podido comprobar la relevancia que va teniendo la automatización y robotización de las granjas, y las de vacuno lechero, en particular.
También hemos tenido ocasión de asistir a Alguno de los numerosos “webinar” que se han impartido en los últimos años, y en ellos también se pone de manifiesto el necesario papel que la tecnología más avanzada está teniendo en la gestión de las ganaderías, y no hemos hecho nada más que em- pezar. La llamada Ganadería de Precisión ha venido para quedarse. En este contexto, podríamos hablar también de “ORDEÑO DE PRECISIÓN”.
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