Los importadores oficiales de ganado están trabajando a un 50% de su capacidad por la falta de animales en el mercado. Las medidas de restricción de movimientos de ganado para detener la enfermedad de la lengua azul es uno de los principales motivos. Pero también influye el coste que supone la recría de terneras, que se disparó en los últimos tres años, o los altos precios que pagan os cebaderos por ejemplares de menos de un mes. Hablamos con los operadores del sector y la principal asociación ganadera láctea para analizar la situación y las posibles soluciones.
El problema afecta a todas las razas. Principalmente en frisona, que es la mayoritaria, pero también en fleckvieh, brown swiss, azul belga, jersey…Lo que no se sabe es cuánto va a durar esta situación. “Dependerá de los precios. Mientras los ganaderos non necesiten vender novillas porque tienen otros ingresos, se va a mantener.” Barreira señala también otro factor: la irrupción en el mercado de países como Argelia, Marruecos o Turquía que están comprando grandes cantidades de animales a precios muy por encima del valor real. “En esos países compran por barcos, y el barco más pequeño lleva mil vacas. Se llevan los animales con el fin de producir leche para abastecer el mercado chino y otros emergentes. Non les importa pagar lo que sea e incluso compran ejemplares de poca calidad porque su objetivo es a largo plazo y quieren acabar teniendo una cabaña propia dimensionada.”
Para dar solución a los ganaderos que están buscando novillas, Barreira cree que la pelota está en manos de las administraciónes públicas. Especialmente del Ministerio de Agricultura y de la Comisión Europea. “Ahora se está exigiendo que los animales vengan vacunados, cuando sería más rápido e igual de eficaz que bastase con presentar una PCR negativa. Además, se deberían reducir las exportaciones de animales vivos hacia países donde no hay ningún requisito ni protocolo de bienestar animal como tenemos en Europa.”
Un diagnóstico similar hace Santiago García, de Finca La Asunción, en Touro, que lleva 60 años dedicada a la importación de ganado vacuno, su bien señala también el continuo cierre de explotaciones en toda Europa como otra causa de la falta de novillas. “Recriar es caro y ahora los animales para carne se pagan muy bien. Por eso hay cada vez más cruces con razas cárnicas. Por otro lado, la tendencia e la de reducir carga ganadera porque cada vez se penalizan más las emisiones de nitratos y nitritos y la vaca está en el punto de mira como emisora.”
García cifra el tiempo de espera para recibir una novilla entre 30 y 50 días. “Hoy hay muy pocas zonas donde se puede comprar sin restricciones. Sólo la Bretaña francesa está abierta. Y es que en España tenemos tres serotipos de lengua azul frente a los cinco que hay en el resto de Europa.” Desde Finca La Asunción relativizan la competencia del norte de África o Turquía porque, dicen, compran animales de poca calidad genética y de edad diferente a los que se mueven en el interior de la UE. El precio medio de las novillas de importación está hoy en 2.500 euros de media. García cree que non va a subir a medio plazo. “Tendría que darse una bajada muy grande en la producción de leche en toda Europa mezclada con un crecimiento de la demanda.” Buscar en Canadá o Estados Unidos la solución a la falta de novillas no parece asumible. “Allí hay un problema de leucosis. Las vacas tendrían que ser vacunadas o tratadas y guardar cuarentenas. Aparte de que los costes de transporte se dispararían. Hoy un porte desde Francia supone 150 euros y desde Alemania 300, imagínate desde América. Canadá o Estados Unidos servirían para traer algún animal de alta genética en casos muy puntuales, pero no son la solución a lo que pasa ahora.”
Santiago Garcia (Finca La Asunción): “No es tanto un problema de desabastecimiento sino más bien de demora. Antes tenías el animal en una semana y ahora hay que esperar más de un mes”
García cree que lo único que se puede hacer es tener paciencia. “Nosotros priorizamos a los ganaderos que tuvieron vaciados sanitarios o perdieron muchos ejemplares en la recría. Pero la situación es la que es y no se puede hacer otra cosa que esperar. No es tanto un problema de desabastecimiento sino más bien de demora. Antes tenías el animal en una semana y ahora hay que esperar más de un mes. Pero siempre se suministra. Y esto también favorece al mercado gallego, que puede crecer aunque que es limitado.”
Joaquín Diego, de Cipsa Pecuaria, señala que el problema de escasez de novillas es a nivel mundial y pone el foco en la desatención a las cuestiones sanitarias. “Cuando nos compran una novilla, siempre es para mejorar lo que ya tenemos en el rebaño. Ahora tenemos animales perfectos en genotipo y fenotipo pero que están inmovilizados por cuestiones sanitarias. A nosotros nos están pidiendo unos cinco camiones al mes -unas 150 vacas- y sólo nos sirven dos. Lo cual supone un problema comercial porque tienes que decidir a qué cliente priorizas.” Aún así, Diego cree que la situación mejorará a comienzos de abril, cuando ya estará disponible en Alemania la vacuna compatible con el serotipo de la lengua azul presente en España. Y es que en la empresa trabajan sólo con el mercado alemán, que es el más paralizado.
Desde Cipsa recomiendan priorizar la sanidad por encima de cualquier otra cuestión. “Si compramos una novilla para salir del paso y no trae todas las garantías sanitarias, podemos acabar contaminando todo el rebaño. Siempre es mejor no arriesgar en salud animal.” Incluso recomiendan rechazar animales de alta genética y capacidad productiva si no cumplen todos los requisitos sanitarios.
Joaquín Diego (CIPSA PECUARIA): “La situación mejorará a comienzos de abril, cuando ya estará disponible en Alemania la vacuna compatible con el serotipo de la lengua azul presente en España”
También consideran que España no reúne las condiciones para ser un país gran exportador de novillas ni incluso un gran productor. “A diferencia de Francia o Alemania, el tamaño de las explotaciones aquí es muy pequeño. Se necesitarían muchas hectáreas de pasto para poder tener las novillas con espacio suficiente para que puedan desarrollar todo su potencial. Y esas hectáreas habría que restarlas a otras actividades más productivas. No seríamos competitivos porque la recría en otros países sale más barata y con ejemplares mejores desde el punto de vista morfológico.” Aún así, Diego recomienda no dejarse seducir por los altos precios de la carne y no vender todas las terneras que nacen porque, entre ellas, puede haber animales que lleguen a producir hasta 50.000 litros de leche.
“La mejor opción, en este momento, es centrarse en la recría»
Desde el punto de vista de los ganaderos, Manuel Sandamil, presidente de la Federación Frisoa Galega (Fefriga), indica que el precio de los animales de menos de un mes es muy interesante para las granjas y por eso optan por quedarse sólo con los ejemplares que necesitan para recría. Y también alude a cuestiones sanitarias, si bien con otra perspectiva. “La EHE y la lengua azul provocaron muchas bajas por muerte o pérdida de fertilidad. Por eso hubo que echar mano de todo animal disponible y sano para reponer y recuperar la producción.” Además, Sandamil aclara que muchas granjas prefieren dejar vacas para desvieje, porque se están pagando mejor que nunca, antes que venderlas para otras explotaciones.
El presidente de Fefriga también coincide en destacar el alto precio que tienen las novillas del mercado gallego por la buena gestión que se está haciendo de la recría y por las óptimas condiciones sanitarias de la cabaña gallega. “La mejor opción, en este momento, es centrarse en la recría. Porque si no hay novillas poco se puede hacer para conseguirlas.
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