Nature Maximizar el uso de energía para un rendimiento óptimo de las vacas lecheras.

Maximizar el uso de energía para un rendimiento óptimo de las vacas lecheras.

GANADERIASOS
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 La energía es uno de los requerimientos de nutrientes más críticos para los rumiantes, especialmente en las vacas lecheras, donde representa uno de los factores más limitantes en las dietas lácteas. La energía desempeña un papel fundamental en la síntesis de componentes de la leche como grasa, proteína y lactosa. Garantizar que las vacas puedan utilizar la energía de manera eficiente es vital para su rendimiento óptimo, la rentabilidad del hato y la reducción de su huella ambiental.



Cuanto más eficientemente una vaca pueda convertir la energía del alimento en energía para la producción de leche, menores serán los costos del alimento y el impacto ambiental. Una dieta deficiente en energía reduce significativamente la producción de sólidos lácteos y el rendimiento total de leche.


¿Qué impulsa el uso y la eficiencia de la energía?


Las vacas lecheras obtienen su energía de la dieta, compuesta principalmente por carbohidratos, que representan entre el 60% y el 70% de su ingesta. La principal fuente de energía proviene de los ácidos grasos volátiles (AGV) producidos por los microorganismos en su rumen. Los tres AGV clave —acetato, butirato y propionato— son responsables de proporcionar entre el 50% y el 85% de la energía metabolizable de la vaca.


El papel de los ácidos grasos volátiles


El equilibrio de los AGV afecta significativamente la eficiencia energética. Por ejemplo:

Acetato: Contribuye principalmente a la síntesis de grasa láctea.

Butirato: Proporciona energía a través de moléculas de C4-C16 y apoya la salud de la pared del rumen.

Propionato: Es el AGV más eficiente energéticamente, ya que actúa como precursor de la glucosa, esencial para la utilización de energía y la producción de lactosa en la leche.


Los AGV resultan de la fermentación de carbohidratos, incluidos azúcares, almidón y fibra. Sin embargo, el equilibrio de estos componentes es crucial para mantener la salud del rumen y asegurar un uso eficiente de la energía:

Los azúcares y el almidón de rápida digestión se descomponen rápidamente en el rumen, produciendo AGV rápidamente. Aunque aumentan la disponibilidad de energía, el exceso de almidón puede causar una fermentación rápida, acumulación de ácido láctico y acidosis ruminal, afectando negativamente la eficiencia energética y la estabilidad del rumen.

La fibra se descompone más lentamente, proporcionando una liberación sostenida de AGV.


Es esencial equilibrar la dieta. Un exceso de almidón puede desestabilizar el entorno del rumen, mientras que una cantidad insuficiente reduce la actividad microbiana, afectando negativamente la digestión y la eficiencia energética. Además, una ingesta excesiva de grasa puede suprimir el apetito y alterar la composición de la leche.


Propionato: clave para un uso eficiente de la energía


Entre los AGV, el propionato destaca como el más eficiente energéticamente. Actúa como un precursor de la glucosa y desempeña un papel clave en la conversión de energía del alimento en leche. Promover la producción de propionato puede maximizar el uso de energía y mejorar la producción láctea de manera eficiente.


El papel del intestino delgado


No todos los carbohidratos se fermentan en el rumen. Una parte escapa a la fermentación y llega al intestino delgado, donde contribuye a la energía mediante la digestión y absorción de nutrientes. Por ejemplo, el almidón que evita la digestión en el rumen se descompone y se absorbe en el intestino delgado, proporcionando glucosa directamente a la vaca.


El intestino delgado también es el centro de absorción de muchos otros nutrientes, particularmente en las criptas intestinales, donde ocurre una intensa absorción de nutrientes. Incrementar esta capacidad puede mejorar la eficiencia energética.


Mejorando la eficiencia energética en vacas lecheras


La eficiencia energética puede mejorarse seleccionando los ingredientes adecuados y equilibrando la dieta. La calidad del alimento impacta tanto la digestibilidad como la disponibilidad de nutrientes. Cuanto más esfuerzo necesita el tracto digestivo para extraer nutrientes, menos eficiente es la energía utilizada. Además, la calidad del alimento afecta las proporciones de los distintos AGV producidos en el rumen, modificando los precursores para la síntesis de grasa.


Una estrategia eficaz para mejorar la eficiencia energética es redirigir la fermentación del rumen hacia una mayor producción de propionato y menos acetato. Esto se puede lograr equilibrando los ingredientes de la dieta:

Degradabilidad del almidón: Elegir ingredientes que aumenten la producción de propionato en el rumen, como el almidón degradable, puede mejorar la eficiencia energética. Sin embargo, se debe evitar una sobrecarga de carbohidratos fermentables rápidamente para prevenir la acidosis ruminal.

Aditivos alimenticios: El uso de aditivos, como aceites esenciales encapsulados, puede modular la fermentación del rumen y optimizar el uso de energía.


Aceites esenciales: una solución natural para la eficiencia energética


Una innovación para mejorar la eficiencia energética en vacas lecheras son los aceites esenciales. Elensis, una mezcla de aceites esenciales 100% naturales, se desarrolló específicamente para mejorar la eficiencia energética en rumiantes. Estos aceites esenciales han sido seleccionados por su acción sinérgica en el rumen y el intestino posterior.


Este producto fomenta la producción de ácido propiónico, el AGV más eficiente energéticamente. Además, su recubrimiento de liberación lenta y rápida asegura una actividad sostenida en el rumen y permite que actúe también en el intestino posterior. Esto mejora la digestibilidad total del almidón y la absorción de nutrientes en el intestino delgado, asegurando que más energía del alimento se convierta en energía utilizable para la vaca.


Un enfoque sostenible para la alimentación


Al formular dietas para vacas lecheras, es importante considerar la digestibilidad, la biodisponibilidad de nutrientes, la rentabilidad y la sostenibilidad ambiental. Los aceites esenciales, como Elensis, ofrecen una solución natural y rentable que no está sujeta a la volatilidad de precios como otros aditivos alimenticios. Sin embargo, independientemente de la estrategia elegida, lo clave es garantizar que la energía proporcionada en la dieta se utilice de manera eficiente para satisfacer las necesidades de la vaca y mantener un rumen saludable y estable.


Conclusión


La energía es un pilar de la nutrición de las vacas lecheras, desempeñando un papel crucial en la producción de leche. Un uso eficiente de la energía puede mejorar el rendimiento lechero, reducir los costos del alimento y minimizar el impacto ambiental. Al seleccionar los componentes adecuados, gestionar el equilibrio de los AGV e incorporar aditivos naturales como aceites esenciales, los productores de leche pueden optimizar la eficiencia energética de sus vacas, mejorando su rendimiento y rentabilidad.