El calentamiento global y el aumento constante del rendimiento de las vacas agravan el problema del verano en las granjas lecheras y aumentan las pérdidas de producción causadas a los productores de leche.
Figura 1 - Promedios de la tasa de concepccion en vacas de primera lactancia, en establos donde las vacas se enfriaron en el verano en forma minima (linea azul) y forma intensiva. (linea Naranja).
Una parte importante de las pérdidas causadas se debe al efecto negativo de la carga de calor en la fertilidad de las vacas que se inseminan en verano. Para caracterizar este efecto, recopilamos datos de cinco granjas lecheras de gran escala y alto rendimiento (1,500 a 3,000 vacas lecheras por rebaño), ubicadas en la región de la laguna, al norte de México, caracterizada por un clima desértico, con cerca de 180 días estresantes por año, donde las vacas están expuestas a condiciones de estrés por calor. A pesar del deseo de comparar granjas lecheras con enfriamiento intensivo con aquellas que no lo tienen, resultó que no existen ya en la región explotaciones con cero enfriamiento, y el enfriamiento mínimo, representado aquí en un par de establos, es por medio de mojar al ganado y ventilación forzada, únicamente en el patio de espera, antes de cada ordeño. Los datos de las granjas con enfriamiento mínimo se compararon con los de tres granjas lecheras donde las vacas recibieron enfriamiento intensivo que combina humectación y ventilación forzada proporcionada en 6 tratamientos de enfriamiento por día, con una duración de entre 40 minutos y una hora cada uno (aplicados antes y después de cada sesión de ordeño, uno casi cada 4 horas), durante todo el día.