Además, los lácteos son fuente importante de proteínas, minerales, vitaminas, ácidos grasos, componentes antioxidantes, antiinflamatorios, péptidos bioactivos y estudios recientes indican que modula favorablemente la composición de la microbiota intestinal.
Pese a su importancia en una dieta correcta, para conseguir una situación nutricional óptima y mantener y mejorar la salud, en los últimos años han circulado numerosos mitos asociando, equivocadamente, el consumo de lácteos con diversos peligros sanitarios. Se han relacionado con la mayor producción de mocos, asma, formación de cálculos renales o incremento de peso, sin razones que lo justifiquen, lo que incluso ha llevado a publicar estudios científicos que han demostrado que estas afirmaciones estaban equivocadas.
“los lácteos son el grupo de alimentos que más se aproxima a ese ideal teórico, pues aportan una gran variedad y cantidad de nutrientes en una cantidad moderada de energía”
Se destaca, con frecuencia, que el ser humano es el único mamífero que consume leche en la etapa adulta, “pero nosotros podemos hacer muchas cosas que no hacen otros mamíferos, si eso es útil y beneficioso para nosotros. De hecho, en la evolución del hombre, aquellos que mantuvieron la tolerancia a la lactosa y pudieron tomar leche para alimentarse tuvieron una supervivencia mayor, lo que se puede considerar como una ventaja evolutiva”.
Solo las personas con alergia a los lácteos deben suprimir estos alimentos de su dieta y preocuparse por conseguir un aporte de los nutrientes que les van a faltar con una alimentación bien controlada y utilizando suplementos de diversos nutrientes.