La Granja San José nació en 1951, cuando José María Pont Cases, el abuelo de Jaume Pont, adquiere
unos terrenos en Tamarite de Litera, Hues- ca. En sus orígenes, la finca, de 180 hec- táreas, estaba íntegramente destinada a la actividad agrícola, “especialmente a culti- vos resistentes a la salinidad, como arroz, cereal de invierno, algo de remolacha y al- falfa”, explica Jaume.
Diez años más tarde, en 1961, José Ma- ría se alía con un socio santanderino, que le inicia en la producción de leche de vaca para autoconsumo de la familia y de los jor- naleros que trabajaban y vivían en la finca. “Aquellas vacas eran frisonas provenientes de Santander, igual que ahora, que tam- bién son frisonas, aunque las de ahora son Holstein de estirpe americana selecciona- da”, explica Jaume.
Este afán por mejorar y por buscar una manera más eficiente de hacer las cosas ha caracterizado a los Pont de todas las generaciones, por eso no es de extrañar que en los años 70 el padre de Jaume (José María) y sus dos tíos (Ramón y Antonio) iniciaran la tecnificación de la granja am- pliando la cabaña en 100 vacas y pasando al ordeño automatizado.
Al poco tiempo de iniciar este proceso, el socio de Santander decidió retirarse del proyecto: “No se habituaba a la modernización, no le gustaba ordeñar a máquina, con tantas vacas no las conocía a todas de memoria, no quería inseminar artificial- mente... Así que se llevó sus 15 ó 20 vacas de siempre y se fue”.
Mirando hacia el futuro
Pese a la retirada de su socio, los Pont si- guieron mirando al futuro. “Mi padre y mis tíos eran más emprendedores, más jóvenes e inquietos -explica Jaume-; vieron que había negocio y decidieron prospectar la empresa y ampliarla”.
Aquellos fueron tiempos duros, ya que empezaron las primeras campañas de saneamiento del país y, durante tres años consecutivos, Granja San José vio cómo les sacrificaban el 100% de la cabaña por brocelosis y tuberculosis.
“A finales de los 70’, y viendo que no ha- bía posibilidad de obtener ganado con una sanidad correcta, se hicieron las primeras importaciones de ganado Holstein de Ca- nadá -explica Jaume-; a partir de aquí se creó una ganadería más profesional, sa- neada, con ganado genéticamente supe- rior, se empezó a hacer inseminación arti- ficial y a gestionar la granja de una manera mucho más profesionalizada”.
En la década de los 80 la tecnificación va en aumento, se instala una sala de or- deño con medición electrónica, se llega a las 250 vacas y se incorpora la tercera ge- neración expandiendo el negocio hasta las 500 vacas.
La tecnificación definitiva
Entre 1995 y 2010 se compran otras 120 hectáreas de finca, se renuevan las instalaciones, se va ampliando progresivamente la cabaña y se implementan mejoras tec importantes como cow-confort, análisis bioestadístico, etc.
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