Nature Los productos lácteos adulterados son una gran preocupación en Rusia.

Los productos lácteos adulterados son una gran preocupación en Rusia.

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En 2023 y 2024, la proporción de productos lácteos elaborados con ingredientes no lácteos en los estantes de los supermercados rusos aumentó entre un 20 % y un 30 %, según un estudio realizado por la organización de protección al consumidor rusa Public Control.

El aumento en el volumen de estos productos se atribuye en gran medida a la suspensión indefinida de las inspecciones comerciales impuesta por el gobierno ruso en marzo de 2022.

 

“Muchos fabricantes perciben esto como la eliminación de barreras adicionales para el control de calidad de los productos alimenticios”, afirmó Vsevolod Vishnevetsky, presidente de la sucursal de Public Control en San Petersburgo, en una entrevista con un medio local.

 

Como ejemplo de productos adulterados, la organización señala el caso de la planta lechera de Balakovo, que fue descubierta sustituyendo la grasa láctea en sus productos por grasas de origen no lácteo. Este cambio no se reflejaba en la etiqueta del producto.

 

Competencia desleal

 

El problema ha sido una cuestión persistente en el mercado lácteo ruso. Los informes sobre fraudes masivos en el sector comenzaron a surgir en el país tras la introducción del embargo alimentario de 2014 por parte del gobierno ruso, una decisión que eliminó efectivamente los productos lácteos europeos del mercado local. Según Public Control, esto sigue siendo una amenaza importante para los fabricantes de lácteos honestos.

 

Vishnevetsky estimó que, debido a esta situación, las empresas lácteas inescrupulosas están logrando ofrecer sus productos a un precio entre un 30 % y un 40 % por debajo del promedio del mercado.

 

Los productos de la planta lechera de Balakovo, en particular, están ampliamente presentes en el mercado de San Petersburgo y se ofrecen a precios significativamente más bajos que los de las empresas locales. Estos productos incluyen una variedad de artículos lácteos, como leche, queso y yogur, todos los cuales han sido encontrados con grasas de origen no lácteo.

 

“Según todas las leyes de la matemática, los productos lácteos que han viajado casi 2.000 kilómetros hasta la capital del norte [de Rusia] no pueden costar significativamente menos que los productos de un fabricante local, a menos que hayan sido adulterados”, afirmó Vishnevetsky.

 

Control deficiente

 

Parte del problema radica en que las cadenas minoristas se niegan a reaccionar adecuadamente ante los informes de las organizaciones locales de protección al consumidor sobre prácticas fraudulentas detectadas. Las ONG rusas han instado a las autoridades a endurecer las sanciones para combatir el fraude en el mercado lácteo.

 

Según Vishnevetsky, las medidas tomadas por los organismos estatales de supervisión son “extremadamente ineficaces y, a menudo, meramente formales”. Añadió: “Solo multas enormes o la perspectiva de responsabilidad penal pueden obligar a los estafadores a dejar de engañar a los ciudadanos”.