A medida que los ganaderos lecheros se preparan para dejar que sus vacas pasten en los exuberantes pastos primaverales, deben prestar mucha atención a la calidad de la leche y ajustar las dietas si es necesario.
Tras el elevado costo de la alimentación en invierno, los productores de leche esperan reducir los gastos de alimentación cuando las vacas entren en la temporada de pastoreo.
El pasto es la forma de alimento más económica para las vacas lecheras, pero representa un desafío nutricional para mantener la calidad de la leche, que es el factor clave que influye en el precio de venta. Con una buena gestión de los pastos, los ganaderos buscan sacar a las vacas al pastoreo lo antes posible para maximizar la producción de leche a partir del forraje. El objetivo es mantenerlas pastando al aire libre el mayor tiempo posible para reducir los costos de alimentación, pero asegurándose también de monitorear la calidad de la leche.
El pasto de primavera es altamente digestible para las vacas, pero tiene bajo contenido de fibra estructural, niveles altos de proteína cruda y niveles variables de materia seca, lo que puede representar desafíos.
Consejos clave para gestionar la calidad de la leche durante el pastoreo:
1. Dar tiempo suficiente para que las vacas se adapten al pasto de primavera
Permitir un período de 2 a 3 semanas para que los microbios del rumen se ajusten a la dieta de pastoreo en lugar de la dieta de establo. Esto también dará tiempo para que las condiciones del terreno mejoren, especialmente después de un clima húmedo.
2. Introducir el pastoreo gradualmente
Comenzar con solo unas pocas horas de pastoreo al día, cuando las condiciones climáticas lo permitan, ayudará a que los microbios del rumen se adapten al pasto fresco.
3. Monitorear los niveles de proteína en el pasto de primavera
El pasto de primavera contiene aproximadamente un 25% de proteína degradable en el rumen (PDR). Los microbios del rumen pueden tener dificultades para utilizar esta proteína, especialmente si no hay suficiente energía fermentable disponible. La PDR se descompone en amoníaco en el rumen, pasa al torrente sanguíneo y se convierte en urea en el hígado, lo que puede afectar negativamente la producción de leche, la fertilidad de la vaca y la salud de las pezuñas.
4. Maximizar la calidad del pasto durante la temporada
Incrementar la proporción de pasto de calidad en la dieta de las vacas lecheras puede aumentar los niveles de proteína en la leche. Una gestión óptima del pastizal implica equilibrar el suministro de pasto de calidad con la demanda de pastoreo durante toda la temporada. Medir la cobertura del pasto en la finca y mantener un “triángulo de pasto” a lo largo de la temporada ayudará a garantizar que cada pastoreo se realice con la cobertura óptima previa al pastoreo, que es de aproximadamente 3,000 kg de materia seca por hectárea.
5. Gestionar bien el pastoreo en primavera
La gestión del pastoreo en primavera es fundamental para determinar la calidad del pasto en las rotaciones de pastoreo posteriores. Estudios realizados por el Colegio de Agricultura, Alimentación y Empresa Rural (CAFRE) en Irlanda del Norte han encontrado que la producción de proteína en la leche disminuyó más adelante en la temporada cuando los pastos fueron pastoreados de manera laxa en primavera, en comparación con aquellos pastoreados más estrictamente. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio, ya que un pastoreo demasiado estricto en primavera puede reducir la ingesta de las vacas y, por ende, la producción de proteína en la leche.
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