Fortalecimiento óseo: El calcio es un componente principal de la estructura ósea. Ayuda a fortalecer los huesos, haciéndolos más resistentes a fracturas y debilitamiento.
Prevención de la osteoporosis: El consumo adecuado de calcio a lo largo de la vida puede ayudar a prevenir la osteoporosis, una condición en la que los huesos se vuelven frágiles y propensos a fracturas.
Coagulación sanguínea: El calcio desempeña un papel crucial en la coagulación sanguínea. Ayuda en la formación de coágulos para detener el sangrado cuando se produce una lesión.
Conducción nerviosa: El calcio es esencial para la transmisión de señales nerviosas. Contribuye a la comunicación entre las células nerviosas y ayuda en la contracción muscular.
Salud dental: El calcio es un componente importante en la formación y mantenimiento de dientes sanos. Ayuda a mantener la estructura dental y protege contra la caries.
Es importante obtener suficiente calcio a través de la dieta, ya que el cuerpo no puede producirlo por sí mismo. Los lácteos, verduras de hojas verdes, frutos secos y pescados como el salmón son buenas fuentes de calcio. Además, la vitamina D es crucial para la absorción del calcio, por lo que también es importante asegurarse de tener suficiente exposición al sol o consumir alimentos ricos en vitamina D.