1.
Proporcionar un entorno adecuado .
Al diseñar establos para el ganado de engorde, considerar el número de cabezas de ganado que se alojarán para proporcionar espacio adecuado para que el ganado se mueva cómodamente en condiciones de hacinamiento.
Se recomienda que las superficies de los galpones ganaderos rústicos tengan una pendiente de 4 a 6° para facilitar la disposición de excretas y aguas residuales.
Además, necesita una buena tracción para evitar lesiones.
Una buena ventilación también es importante para reducir la acumulación de gases y humedad (que promueve el crecimiento microbiano).
Por otro lado, cada persona necesita entre 1,8 y 3,0 metros cuadrados de sombra.
Una casa de sombra ideal puede cubrir a todos los animales tumbados.
2.
Limpieza y desinfección de corrales ganaderos.
Incluye remoción de fertilizantes.
Vacíe y lave los restos de comida o sedimentos de los comederos y bebederos.
La frecuencia dependerá del tamaño del recinto y del número de animales, pero recomendamos hacerlo al menos una vez al día, o una vez cada pocos días.
Previene la acumulación de materia orgánica descompuesta, suprime los malos olores y la cría de insectos como moscas.
Mientras tanto, la desinfección de vallas y establos y la retirada de la capa fecal del suelo se realizan al final del ciclo, es decir, antes de la llegada de un nuevo lote.
3.
Eliminación adecuada de fertilizantes y otros desechos La acumulación de materia fecal crea condiciones adecuadas para el crecimiento de patógenos.
La gestión y eliminación óptimas de los desechos humanos minimiza la contaminación ambiental y la propagación de enfermedades.
Una vez retirado el estiércol, se almacena en un tanque natural de capacidad suficiente.
Estos deben estar situados lejos de los establos de engorde de terneros y de las fuentes de agua.
También es posible obtener fertilizante y biogás agregándolo a plantas de compost y biogás.
En ningún caso se descargarán aguas residuales a canales, ríos, arroyos o alcantarillas públicas.
Los sólidos se separan y se conducen a través de zanjas o tuberías a fosas especiales para su tratamiento o drenaje.
El cuerpo debe ser enterrado o incinerado tras una autopsia normal.