El calostro es una fuente rica en nutrientes, pero sobre todo en diversos componentes inmunológicos que proporcionan inmunidad pasiva al neonato. El objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto en la calidad de calostro bovino y peso de la cría, en diferente época del año sobre la transferencia de inmunidad pasiva en becerros.
Para la calidad de calostro, se utilizaron 2,744 vacas Holstein multíparas, se consideró <20 mg/mL de inmunoglobulinas (Ig) baja, de 20-50 mg/mL media y 50-140 mg/mL alta calidad respectivamente.Respecto al peso de las crías se realizó una separación de animales inferiores y otro superior a 40 kg respectivamente. El calostro suministrado a los recién nacidos se colectó del primer ordeño postparto; inmediatamente después a la colecta, se pasteurizó a una temperatura de 60 °C por 60 min, en un pasteurizador comercial. Los resultados muestran un promedio de calidad del calostro de 78 mg/mL de Ig. La concentración de Ig superó los 50 g/L por lo que se consideró como calostro de buena calidad. La concentración promedio de proteína sérica de los animales evaluados fue de 6.3 g/dL. Se consideró la transferencia exitosa en la adquisición de inmunidad pasiva debido a que la proteína sérica fue mayor a 5.5 g/dL en todas las estaciones del año; el 90.2% de los becerros mostraron concentraciones de éxito en la transferencia. Se concluye que la estación del año y la administración de calostro con calidad favorece la transferencia de inmunidad pasiva.
El calentamiento climático y el estrés por calor ambiental se han transformado en desafíos importantes que afronta la industria láctea, porque afectan negativamente una variedad de funciones productivas y reproductivas en las vacas lecheras (Lendez et al., 2021). Se puede señalar que el estrés por calor durante la gestación tardía; igualmente disminuye la concentración de Ig y el porcentaje de proteína total en el calostro (Dahl et al., 2020), lo que puede comprometer la transferencia de inmunidad pasiva en animales nacidos de vacas con estrés por calor (Seyed Almoosavi et al., 2020). El calostro bovino consiste en una mezcla de componentes del suero sanguíneo y secreciones de la glándula mamaria; sin embargo, los componentes principales son las proteínas y grasa; ambos comprenden alrededor del 90% de los sólidos totales del calostro (Godden et al., 2019). Además, el calostro es esencial para la salud de bovinos recién nacidos, debido a su doble función nutricional y las sustancias nutritivas básicas, como grasas, proteínas y minerales, que pueden promover el desarrollo morfológico intestinal y la madurez funcional (Ghaffari et al., 2021)
Por lo que la calidad y manejo eciente del calostro, son componentes esenciales para garantizar una transferencia pasiva exitosa en neonatos (Kertz et al., 2017). Una higiene deciente puede aumentar la susceptibilidad neonatal al padecimiento de enfermedades, causando un aumento en las tasas de mortalidad (Barry et al., 2019). Aunque se reconoce que el calostro contiene un amplio espectro de componentes inmunológicos y nutricionales. La concentración de Ig se considera el punto de referencia para evaluar la calidad del calostro, deniéndose como alta cuando la concentración Ig supera los 50 g/L. Los niveles de Ig en el calostro pueden variar drásticamente entre vacas (Godden et al., 2019). Cabe destacar el valor del manejo del calostro para los bovinos neonatos, que proviene de la falta de transferencia de inmunidad del sistema circulatorio materno al feto; debido a la estructura de la barrera placentaria (Kalbermatter et al., 2021).
Es conveniente recordar que la transferencia de inmunidad pasiva a través del calostro materno, es primordial para la salud y supervivencia de los becerros en las primeras semanas de vida. La alimentación con calostro es un paso crítico para elevar la salud de las crías, debido a la siología y metabolismo de la especie bovina (Lora et al., 2018). La falla en la transferencia pasiva (FTP) ha sido vinculada con el incremento de morbilidad, mortalidad y una reducción en la tasa de crecimiento de los becerros. La FTP ocurre cuando el animal no absorbe una adecuada cantidad de Ig; incluso cuando los que recibieron su alimentación temprana con gran cantidad de calostro y alta concentración de Ig presentan considerable variabilidad en los niveles de transferencia pasiva (Lora et al., 2018). Por lo tanto, las prácticas de manejo relacionadas con la alimentación con calostro son de vital importancia para una producción de leche sostenible en las unidades de producción lecheras. Hasta donde se sabe, existen pocos estudios completos previos sobre la composición del calostro y la transferencia de inmunidad pasiva en becerros neonatos en unidades de producción en la Comarca Lagunera. El estudio plantea la hipótesis de que el estrés por calor en vacas multíparas Holstein, disminuye la calidad del calostro producido; lo que ocasiona una falla en la transferencia de inmunidad en neonatos. Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue determinar la calidad de calostro de vacas Holstein en diferente época del año, y su efecto sobre la inmunidad pasiva en becerros Holstein.
MATERIAL Y MÉTODOS
Sitio de estudio El estudio se realizó del 01 de enero al 30 de diciembre de 2018, en un establo del municipio de Matamoros, Coahuila; éste se encuentra localizado en la región semidesértica del norte de México a una altura de 1100 msnm, entre los paralelos 25°35’39.0″N 103°18’35.5″W, con una precipitación media anual de 230 mm y con temperatura promedio de 24 °C, máxima de 41 °C en mayo y junio, y mínima de -1 °C en diciembre y enero, y con una precipitación anual promedio de 240 mm y una humedad relativa de entre 29 y 83%. PoblaciónDe una población de 6,200 vacas multíparas en la unidad de producción bovina, se seleccionaron 2,744, aplicando los criterios de exclusión de vacas con partos prematuros y partos gemelares. De las seleccionadas, se tuvo control del parto y ordeño del calostro (durante el día), manejadas con un sistema intensivo de producción en corral abierto. Manejo de animales Las vacas fueron alimentadas con una dieta totalmente mixta (60% de forraje y 40% de concentrado, en base de materia seca 1.62 Mcal/Kg de ENL, 18% PB), formulada para satisfacer los requerimientos nutricionales de las vacas en lactancia, con una producción de leche > 33 kg/día. Se alimentó a las vacas con pienso cuatro veces al día (a las 0600, 1000, 1200 y 1600 h); además se les adicionó un 10 % diario adicional para consumo a voluntad. Asimismo, se vacunó a cada una de las vacas de acuerdo con el programa preventivo de vacunación de hato, enfocado principalmente en enfermedades como: la leptospirosis, clostridiasis, diarrea viral bovina, rinotraqueítis infecciosa bovina, el virus respiratorio sincitial bovino y la parainuenza tipo 3. Recolección y pasteurización de calostro Para llevar a cabo la investigación, los datos de partos y análisis de la calidad del calostro, se analizaron por estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno).
La colecta de calostro se llevó a cabo dentro de las primeras 24 h posteriores al parto. Inicialmente se determinó densidad, en un calostrómetro (Biogenics Inc., Mapleton, Or., USA ®). El calostro que presentaba una densidad ≥50 mg/mL de Ig, se usó para preparar lotes de 40 L (n=10). Estos lotes se pasteurizaron a una temperatura de 60°C, por 60 min, dentro de un pasteurizador comercial (Dairytech, Inc., Windsor, Colorado USA ®). Después de pasteurizado, el calostro se almacenó a -20°C en bolsas de plástico Ziploc ® de 26,8 x 27,3 cm (2 L/bolsa).
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